sábado, 20 de abril de 2013

Travesía por el desierto 1ª

Después de comprobar que nuestro venerado sistema sanitario no me ayuda, y el cuerpo encargado de la seguridad de estado tampoco me ayuda, solo tengo una opción, que es conseguir un análisis donde se refleje  que estoy siendo intoxicada.
Comienzo a ir a diversos profesionales particulares de la salud y con experiencia y conocimientos en toxicología. Desde un primer momento no me toman en serio, pero eso sí, todos cobran sus honorarios (nada baratos) por cada visita.
Este peregrinaje dura meses hasta que doy con un médico forense que me dice que si se pueden realizar una serie de pruebas en un laboratorio de toxicología forense. Dichas pruebas que tienen un coste elevado por cierto. Estas pruebas se realizan en un momento en el que yo no sabía (evidentemente ni podía saberlo) qué productos exactamente eran los utilizados para intoxicarme.
En estos análisis se miran diversos tóxicos, y los resultados no se obtienen hasta pasados varios meses. Durante estos meses voy empeorando hasta llegado el punto que casi no me levantaba de la cama. Las pruebas llegan negativas sin embargo me reafirmo en mis creencias ya que los pesticidas, se eliminan muy rápido del cuerpo (algunos en apenas 24 horas)

Cuando llegan las pruebas , después de mirar en Internet, los productos que más se asemejaban a mis síntomas eran los pesticidas. Este doctor no tuvo en cuenta que estos productos se eliminan muy rápido del cuerpo, por lo que dio por zanjado en el asunto.


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