sábado, 20 de abril de 2013

¿Cuándo empieza el infierno?

Soy una mujer divorciada madre de tres hijos que durante treinta años ha estado casada con el mismo hombre. Desde que mis hijos eran pequeños he sufrido problemas de salud. Durante años he recorrido innumerables médicos sin que éstos supieran decirme de donde provenían dichos problemas. Mis síntomas siempre eran temporales, es decir, había épocas en las que me recuperaba y me encontraba más o menos bien, para después recaer y encontrarme enferma. Repito, los médicos nunca tenían respuestas. ¿Y cuáles eran estos síntomas? Vómitos, adelgazamiento rápido y extremo, fuertes dolores de cabeza, espasmos musculares, convulsiones, falta de apetito, cansancios, dolores en las piernas, insomnio, vista nublada, pérdida de concentración y sobre todo exceso de salivación. Remarco esto último porque incluso en las épocas en las que me encontraba mejor, tenía que ir con una botella donde poder echar la saliva ya que de lo contrario, el estómago se me hinchaba y no podía comer nada.

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